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El equipo de salud intervino para la atención del alto índice que registró la Puna en 2017, logrando una reducción del 75% en 2020. La estrategia permitió ampliar la mirada en los distintos niveles de atención, reforzar la capacitación y mejorar el seguimiento de cada persona.

Suele asociarse el suicidio a la imagen de un acto individual, sin embargo, su complejidad se visibiliza cada vez más, así como su alcance colectivo y el carácter de problemática sanitaria y social por lo que su abordaje no requiere solo de especialistas psicólogos y psiquiatras, lo que se evidenció en los resultados de la Puna.

“La articulación con el servicio de guardia, el seguimiento de las guías MHGap por parte de todos los profesionales especialmente los médicos junto al ´registro naranja´ garantizó contener a cada usuario”, afirmó la referente regional de Salud Mental, Valeria Cardozo.

El trabajo incluyó la coordinación de acciones con Atención Primaria de la Salud a fin de detectar situaciones de riesgo para intervenir y evitar la consumación de un pensamiento suicida, así como también en el seguimiento posterior a una autolesión.

Desde la red de Salud Mental de la Puna, a partir de 2018, se contiene a 79 personas que ingresaron por intentos de suicidio. “APS está muy involucrado ya que hay ocasiones en que se trasladan a áreas rurales o cambian de domicilio y perdemos registro o la continuidad de asistencia, por lo que articulamos rápidamente con los supervisores y con los agentes sanitarios quienes realizan la búsqueda activa del usuario”, detalló la especialista.

A su vez Cardozo destacó el vínculo permanente con las Oficinas de Protección de Derechos de niños y adolescentes para dar aviso cuando hay una situación de riesgo para menores de edad, en un trabajo intersectorial donde también participan el Centro de Atención de la Violencia y Paridad de Género.

“Estamos convencidos que hay que seguir trabajando en conjunto: de 8 suicidios consumados que hubo durante el año 2017 la tasa bajó a 2 durante el 2020; esperamos que siga en descenso este año pandémico”, finalizó la referente.

Hablar de suicidio no incrementa las posibilidades de cometerlo

Muchas veces se piensa que hablando del tema las personas pueden aumentar su intención, por el contrario, el diálogo puede ser una oportunidad para ayudar a quien está pasando por una situación de dolor, crisis o angustia.

Estar atentos es la forma acompañar. El diálogo no es un interrogatorio, sino una herramienta que nos permite compartir un momento con el otro.

En caso de emergencia podes dirigirte a la guardia de Salud Mental en los hospitales Gallardo de Palpalá o Pablo Soria de la capital jujeña, llamar al SAME 107 o a la línea 0800 – 888 – 4767 disponible las 24 horas. También podes ingresar a http://salud.jujuy.gob.ar/asistenciavirtual/ o concurrir al CAPS más cercano para consulta.

El acuerdo establece procedimientos comunes para el abordaje de las personas con problemas de consumo.

En la tarde de este lunes, los ministros de Salud, Gustavo Bouhid, y de Seguridad, Guillermo Corro, realizaron la firma del convenio vinculado con la próxima implementación en la provincia a la Ley de Narcomenudeo, acompañados por el Secretario de Salud Mental y Adicciones, Agustín Yécora, y el Secretario de Delitos Complejos, Ernesto Albin.

En el encuentro, los funcionarios analizaron la situación del consumo de sustancias en el territorio provincial, estableciendo coordinar a nivel institucional acciones comunes frente a un tema de enorme sensibilidad.

“La ley nacional 26657 de Salud Mental y la norma provincial 5937 de adhesión a la misma y sus decretos reglamentarios, definen los procesos de trabajo conjunto, entendiendo la protección de derechos así como los modos de actuar frente a personas que tiene problemas de consumo de sustancias y otros problemas vinculados con la salud mental”, explicó Yécora.

La intención del convenio, detalló el funcionario “es optimizar el abordaje de las personas así como la cooperación y capacitación mutua en un tema muy complicado en el que se mezclan situaciones de marginalidad o delictivas con situaciones de salud”.

En tanto, Yécora precisó que “Salud tiene un rol importante como autoridad de aplicación de la Ley de Salud Mental, es decir, debe bregar por la asistencia y la atención de estas personas mientras Seguridad interviene dado el contexto de encierro y de igual modo, en la vía pública cuando no hay delito pero tienen ocurrencia situaciones con personas que necesiten la intervención por el riesgo para el personal de salud y/o terceros, se colabora operativamente sin que deban mediar situaciones que judicialicen el hecho priorizando la salud de la persona”.

Las entidades participaron por primera vez exponiendo una diversidad de temas. En el mes de julio, se elegirá a las que integren el Consejo Consultivo Honorario.

“La convocatoria a asociaciones de usuarios, familiares y trabajadores de la salud mental se realizó con el fin de constituir el Consejo Consultivo Honorario de la Comisión Interministerial de políticas en Salud Mental y Adicciones que conforman los Ministerios de Salud, Educación, Desarrollo Humano, Trabajo y Empleo, Gobierno y Justicia”, explicó el Secretario de Salud Mental y Adicciones del Ministerio de Salud de Jujuy, Agustín Yécora.

El trabajo se enmarca en la Ley Nacional 5937 de adhesión a la Ley Nacional de Salud Mental 26657 y en el Decreto Reglamentario 7734 que en los artículos 6 y 7 establece la constitución en la órbita del Poder Ejecutivo.

“La Comisión Interministerial establece que, de manera trimestral, se debe convocar al Consejo Consultivo Honorario con el fin de trabajar la construcción de políticas públicas en el marco de la Ley de Salud Mental”, agregó Yécora, destacando que “en este primer encuentro se escucharon las diferentes inquietudes y dificultades, pudiendo lograr un relevamiento de las problemáticas de la provincia en la implementación de la ley, con el fin último de generar estrategias y disponer de las herramientas que permitan resolver uno a uno estos problemas”.

El próximo encuentro quedó fijado para el 13 de julio, jornada en la que serán elegidas las autoridades del Consejo Consultivo Honorario, previendo en mayo y junio la continuidad de las acciones de la Comisión Interministerial.

La pandemia, con el distanciamiento físico requerido para evitar el contagio, trajo cambios, alteraciones en las rutinas de las familias e impactó en la salud mental de sus miembros, especialmente en los niños. ¿Cómo preparar el ingreso a la escuela?

“En esta situación de pandemia se pudo ver que los chicos que tenían patologías previas, agudizaron sus cuadros. Por ejemplo, quienes tenían trastornos alimenticios o autoagresiones y todo lo que tiene que ver con el manejo del miedo o de la angustia. Los más pequeñitos se han vuelto más dependientes a la figura de apego sobre todo donde se han dado situaciones de sobre-información, sabiendo que ellos no tienen la misma capacidad que los adultos de procesar la información. También quienes han tenido pérdidas cercanas, de algún tío, abuelo o un familiar o quienes vivieron de cerca la enfermedad en el hogar”, explicó Carola Alías, profesional en Psicología del Hospital Materno Infantil.

“También observamos cómo se incrementó la exposición a las redes y a las pantallas con mucha intensidad en lo virtual y sobre todo en soledad. Esto también repercutió en los padres o adultos que, por un lado eran facilitadores para que los chicos dispongan de los aparatos electrónicos por las clases o por juegos y todo lo demás, pero esto después se fue convirtiendo en una rutina diaria que comenzó a preocupar. El exceso de pantalla llevó a que los niños cambien los horarios: al no establecerse límites de tiempo, reglados, sabiendo que no tenían que ir a la escuela pero sí hacer tareas, llegaron a pasarse todo el día con las pantallas, apareciendo cuestiones como insomnio, desregulación de los tiempos para dormir y horas de sueño durante el día”, agregó.

“Otra cuestión que se planteó es el incremento de las peleas entre hermanos por tener que compartir todo, sin posibilidad del encuentro con amigos. Al no poder salir, las emociones estuvieron siempre a flor de piel, con actitud muy reactiva. En el caso de los niños que estuvieron solos con sus padres, en ocasiones manifestaron también ansiedad. En ambos casos, sentir que la mirada del adulto estaba todo el tiempo sobre ellos, también resultaba molesto. Entonces, por ejemplo, dormirse tarde se convirtió en un espacio de intimidad. En otros casos donde se han visto solos o no se cuidó mucho el entorno en cuanto a la información recibida, se generó que no puedan procesar algunas cuestiones y que se requiera explicación”.

En ese contexto, la especialista sostuvo que “como adultos, tratamos que la función sea la de contener, de permitir la palabra, de buscar vías para que los más chicos se expresen mientras la escuela es el primer lugar donde ellos pueden hacer lazos sociales, donde están con pares, donde aprenden cosas nuevas que hacen a la socialización y que los adultos no le podemos dar en la casa. Por eso, sufrieron mucho cuando fue avanzando el aislamiento”, añadió.

Frente al próximo retorno a la escuela, Alías destacó que “es muy importante seguir sosteniendo espacios de escucha y de intercambio, poder relacionarse, entender que van a estar ansiosos, expectantes, van estar con muchas fantasías en lo que es el reencuentro con sus compañeros. Sí debemos tener claro para ellos y nosotros mismos como padres que va ser un momento de permanente cambio y que nada es lo que era antes. Los chicos van a volver a clases en otro contexto. Uno mismo va a tener que tomar otras medidas, otros rituales diarios, otra rutina. Debemos tener presente que el miedo, la angustia y la incertidumbre van a estar no solo en los niños sino en los maestros, en los padres, en todos en general”.

Por ello, recomendó “poder flexibilizarnos todos y, si pensamos en lo ideal, sería adecuado que las reglas nuevas y todo lo que se vaya a estipular, sea entre los niños, la escuela y los adultos como algo accesible que se podrá cumplir”.

Finalmente, apuntó que “si bien va a existir el distanciamiento físico hay que poner muchas energías y creatividad en que haya un acercamiento emocional, que es lo que los niños sí necesitan. Ese acercamiento va a depender de las herramientas que ofrezcamos como adultos, apelando a la creatividad, a recursos, a modos nuevos de saludarse por ejemplo. Tal vez, se pone el foco en lo que se perdió o lo que ya no se tiene, pero podemos enfocarnos en lo que sí tenemos”.