Los casos de cáncer cervicouterino, la enfermedad con mayor impacto en la salud de las mujeres, se retrajeron por la estrategia intensiva de screening.

“El cáncer de cérvix o cáncer cervicouterino es una enfermedad de mucha complejidad en Jujuy que en los últimos 4 años ha tenido un avance fenomenal en cuanto a la prevención”, explicó el Coordinador de Programas Oncológicos del Instituto Provincial del Cáncer, David Salazar, destacando que “años atrás se ubicaba como la de mayor incidencia y mayor mortalidad, incluso más frecuente que el cáncer de mama que también es otra gran problemática”.

En el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, el especialista precisó que es la tercera patología femenina que más muertes produce a nivel global y en nuestro país, la primera, siendo causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH) en el cien por ciento de los casos. “Entre las pacientes que resulten positivo para VPH, se estima que el 10% evolucionará hacia lesiones precancerosas y/o cáncer”, indicó.

Prevención

El trabajo del Instituto Provincial del Cáncer permitió intensificar los programas de screening, es decir, el procedimiento para determinar de forma anticipada la aparición del cáncer de cérvix. “Estos programas se sostienen en dos pilares fundamentales: por un lado, Papanicolau y colposcopía y por otro, test de VPH; pruebas imprescindibles para la detección precoz especialmente entre los 28 y los 68 años de edad, rango en el cual se enfoca la estrategia provincial”, agregó Salazar, destacando que “no obstante, la enfermedad puede desarrollarse en personas incluso más jóvenes y por ello, aconsejamos que una vez iniciada la actividad sexual, puedan acercarse a la red de hospitales y CAPS para los controles cervicales, con personal capacitado especialmente en toda la provincia. También contamos con la labor de APS casa por casa, donde los agentes sanitarios pueden realizar la toma de muestra y/o explicar la técnica para autotoma que luego se envía para el análisis”.

En tanto, indicó que “la secuencia de control y avance de los programas de screening dan cuenta que solo en 2019 se lograron un total de 26501 test de VPH, lo que se traduce en pacientes controladas y/o en tratamiento según la factibilidad de desarrollo de la enfermedad” y apuntó que “para quienes el resultado es negativo de VPH, se indica un siguiente control del virus a los 5 años”.

Circuito de atención

Tras diagnóstico positivo de VPH, se realiza la derivación al Consultorio de Patología Cervical del hospital más cercano al domicilio para el complemento con PAP y colposcopia. De encontrarse resultado compatible o potencial para cáncer, “tenemos referenciado el Hospital Pablo Soria como centro especializado, con toda la estructura para proporcionar una resolución rápida y eficiente; por lo tanto, si la persona se encuentra en condiciones, se realiza cirugía, quimioterapia y la opción de radioterapia en convenio con una institución privada”, detalló Salazar, anticipando que “se proyecta preparar el resto de las unidades hospitalarias para implementar procedimientos radicales de la patología invasiva”.

Para tener en cuenta

El cáncer de cuello uterino puede presentarse no sintomático y por ello, la consulta ginecológica una vez por año es fundamental. Además, se debe acudir al profesional ante manifestaciones como sangrado espontáneo o durante las relaciones sexuales, secreción maloliente y dolor pelviano. Entre los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad se encuentran el inicio de la actividad sexual a edad temprana, la alternancia de parejas sexuales, fumar, las enfermedades inmunes como leucemia y las infecciones de transmisión sexual que pueden propiciar la aparición de VPH por lo que se reitera la importancia del uso del preservativo.