El Ministerio de Salud de Jujuy recordó que a partir de los 6 meses de vida se incorporan, progresivamente, alimentos sólidos mientras continúa la lactancia.
“Los 1000 días comprendidos entre el embarazo y los primeros dos años de vida del bebé se consideran el periodo de crecimiento más importante ya que constituye una ventana de oportunidades; es decir todo lo que se haga o se deje de hacer en esta etapa va a repercutir en la vida adulta del bebé”, explicó la Directora Provincial de Nutrición, María Florencia Quintana, destacando que “la alimentación complementaria se recomienda a partir de los 6 meses, pero la lactancia sigue siendo el alimento principal durante el primer año de vida y se recomienda hasta los dos años del bebé por eso, somos los adultos a cargo quienes debemos máxima responsabilidad para una nutrición adecuada, la que incide en la calidad de vida y el desarrollo cognitivo”.
En ese sentido, Quintana indicó que la alimentación complementaria debe ser:
• Autorregulada: el bebé decide qué y cuánto comer; es importante confiar en su sistema de regulación de hambre y saciedad, evitando que la ingesta sea obligada
• Perceptiva: vinculada a una experiencia sensorial ya que el bebé se involucra con la comida a través de tacto, vista, olfato y gusto
• Complementaria: el alimento principal durante el primer año de vida continúa siendo la leche materna y/o de fórmula
¿Qué es el Método BLW?
En la etapa de alimentación complementaria el Método BLW (Baby Led Weaning) propone incorporar al bebé a la mesa familiar para comer lo mismo y en el mismo horario. Para esto es fundamental que el bebé pueda sentarse solo o con ayuda, siempre y cuando se pueda mantener erguido; que demuestre interés por la comida; que haya perdido el reflejo de extrusión (expulsión involuntaria de los alimentos sólidos) y que pueda tomar los alimentos con las manos.
¿Qué alimentos se pueden ofrecer desde los 6 meses?
• Frutas: todas, recordando quitar semillas o carozos y cortando por la mitad aquellas de forma esférica; en caso de manzana siempre cocida o rallada.
• Verduras: todas, se pueden enriquecer con aceite de oliva y especias sin sal; en caso de zanahoria siempre cocida o rallada cruda y en caso de hojas verdes, no deben superar el 20% del plato
• Cereales: fideos de trigo candeal, chía o quínoa; avena tradicional (no instantánea); pan no industrializado; arroz en mínimas cantidades por por los residuos de arsénico en su cultivo
• Legumbres: lentejas, porotos, garbanzos, bien cocidos previamente remojados porque adsorben más los nutrientes
• Lácteos: se sugieren a partir del primer año de vida y en pequeñas cantidades leche de vaca entera, yogur natural sin azúcar o queso sin agregado de sal ni aditivos
• Carnes y huevos: desde el principio, según hábitos de cada familia; siempre bien cocidos, deshilachados, en puré o en croquetas caseras
• Grasas saludables: aceite de oliva, palta y frutos secos (nunca enteros)
¿Cuáles son los alimentos que no se recomiendan?
• Azúcar y sal
• Miel, por el riesgo de botulismo hasta los 2 años de edad
• Embutidos (salchichas, fiambres, etc.) por el alto contenido de colorantes, conservantes y sal
• Carne picada por el riesgo de contraer Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), se sugiere siempre después de los 5 años de edad bien cocida
• Productos industrializados por los ingredientes de baja calidad y aditivos
• Jugos exprimidos
Para tener en cuenta
“La incorporación de los alimentos es progresiva y esto significa también avanzar con las texturas a medida que el bebé crece. En principio, iniciaremos con un puré de verduras grumoso y en momento más avanzando, seguiremos con un alimento semisólido”, detalló Quintana e indicó que “se deben presentar también de acuerdo a la maduración neurológica, lo que significa por ejemplo la capacidad de agarre con todo el puño a los 6 meses y movimiento de pinza desde los 9 meses”.
Además, remarcó que los trozos deben ser de aproximadamente 5 centímetros o bien, del tamaño del dedo índice del adulto, y siempre deben desarmarse al apretar.