· Reconocer las emociones que te impulsan a comer mal y buscar otras alternativas saludables.
· Permitir sentir las emociones sin juzgar ni criticar, simplemente, observar.
· Reconocer el ciclo “comer mal – sentir culpa – volver a comer mal”. Está bien pedir ayuda.
· Permitir trabajar en la culpa y en las creencias sobre la comida.
· Tu peso corporal no debe influir en tu autoestima y en tu vida. Todos los cuerpos son válidos.
· Nuestro cuerpo es único, merece la pena cuidarlo y amarlo.
· Lo que se muestra en las redes sociales no es real.